Entrega tus sueños
La mayoría de nosotros hemos experimentado un tiempo en el que parece que todo se ha detenido. Sin importar lo duro que trabajemos, parece que todas las puertas están cerradas y que no se están abriendo puertas nuevas. Esto sucede regularmente porque tenemos una imagen de lo que queremos que suceda, y cuando vemos que eso no sucede, pensamos que no está pasando nada. Terminamos en un desierto estancado de frustración y confusión si hemos hecho ídolos de nuestros sueños.
Dios quiere que soñemos, él pone sueños en nuestros corazones para Sus propósitos, pero él no quiere que lo excluyamos cuando soñamos. La Palabra de Dios dice que "pereceremos si no tenemos visión" (Proverbios 29:18), pero nuestra visión debe estar alineada con Su voluntad para nuestra vida. En otras palabras, la visión debe ser Su visión. Si no recibimos nuestra visión de Dios, entonces no tendremos una visión que vaya a realizarse y esto es muy lamentable..
Dios quiere que le entreguemos nuestros sueños, porque él no podrá guiarnos si nosotros estamos persiguiendo un sueño que hemos "fabricado". Entonces, si son solo nuestros sueños y visiones y no los de él, pasaremos toda una vida de frustraciones y luchas tratando de lograr que se realicen. Aún, si el sueño en tu corazón es de Dios, todavía no lo verás realizado hasta que se lo entregues a Él. El sueño tiene que realizarse de acuerdo a cómo Dios quiere.
Cuando Dios quiere hacer cambios en nuestras vidas y nosotros estamos dispuestos a dejar que él los haga, entonces él empezará a cortar todo lo que perjudica nuestro crecimiento y lo que no produce fruto en nosotros. Dios pone sueños en nuestros corazones para darnos visión, inspiración y guiarnos por el sendero correcto. Es por eso que debemos estar seguros que esos sueños no vengan de nuestra carne, y si es así, entrega esos sueños a los pies del Señor para que mueran, porque todo lo que no proviene de Dios tiene que ser enterrado para siempre. Y los sueños que son de Él, recibirán nueva vida
En síntesis, si tratas de lograr los sueños que NO son de Dios, sufrirás mucho dolor, frustración e insatisfacción. Morir a tus sueños es difícil, pero si extiendes tu mano para tomar la mano de tu Padre Celestial, Él hará brillar Su luz en la situación, y caminará a tu lado paso a paso a través del proceso.